viernes, 18 de febrero de 2011

Nuevo orden en los países arábigos


Con la caída del rais, el gral Hosni Mubarak, nos hacemos la siguiente pregunta si estos regímenes cambiarán realmente sus estructuras económicas y de poder y realmente empezarán a dar bienestar e inclusión a sus habitantes.

En el caso de Egipto el país más importante del medio Oriente con 80,000,000 de habitantes, desde su independencia en el año de 1936 no ha logrado contruir una sociedad de inclusión social, económica y de libertades a su población.

El país de los faraones con una cultura de 7000 años que nos regaló a la humanidad la biblioteca de Alejandría y las pirámides entre otras cosas, práticamente no conoce lo que en Occidente hacemos llamar democracia, un sistema multipartidista para escoger un gobernante, prensa independiente y un sistema político de pesos y contrapesos entre otras cosas.

Después de la caída de la monarquía en 1952 ejecutada por los jóvenes oficiales y encabezada por el carismático líder panarabista Gamal Abdul-Nasser y la instauración de la república con un proceso económico de corte socialista y de alianza en lo militar con la extinta Unión Soviética.

Hasta pasar por el proyecto social demócrata de Anwar El-Sadat y su nueva alianza con los EEUU a partir del deceso de Nasser en el 70 y la firma de los acuerdos de paz con Israel en 1977 y la devolución del Sinaí.

Gracias a estos acuerdos Egipto se ha hecho el segundo receptor de ayuda económica y militar de parte de los EEUU después de Israel con un billon 300 m de dólares anuales, convirtiéndolo en el segundo ejército más poderoso de la zona.

Esta ayuda definitivamente no ha perneado a su población ya que el ingreso per cápita de esta gran nación es apenas de 1800 $, con una expectativa de vida de 72 años y 71% de alfabetización de su población y con una creciente desigualdad entre su población.

Pese a cierta diversidad en su economía como autosuficiencia en petróleo, entrada por el uso del canal de Suez, niquel, acero y textiles y turismo la economía es altamente dependiente de remesas de egipcios que laboran en otras países arábigos principalmente del golfo.

Además recientes problemas en su economía llevaron a abrirla y a liberalizar sus mercados internamente provocando una ola de protestas en la año 2009 donde ya pedían la renuncia del rais Mubarak.

Estamos por ver si esta entrega del poder de Mubarak al ejército va a ser una continuación del mismo orden prevaleciente en estos últimos 30 años y o si realmente estamos ante el despertar de un nuevo destino de bienestar para las poblaciones árabes.