Grito de campaña de las huestes del candidato presidente Hugo Chávez, sin embargo ayer martes 5de marzo, sefué perdió la única batalla que los seres humanos no podemos ni intentar ganar, la muerte. Todas las otras al menos las electorales y políticas las ganó en su amada Venezuela, la tierra que vió nacer a su admirado Simón Bolívar.
Chávez todo un fenómeno de la política latinoamericana irrumpe en ese país en 1998, con un claro triunfo en las urnas después del descalabro del sistema político bipartidista que por cuarenta años gobernó ese rico país en recursos petroleros y donde dos terceras partes de la población habían dejado de creer en este sistema o en lo que comúnmente se llamaba la Venezuela Saudí; cuyo máximo adalid llegó a ser, el socialdemócrata Carlos Andrés Pérez.
Este soldado nacido en Sabaneta, estado de Barinas, hijo de maestros rurales emerge con un proyecto político-económico bolivariano que será una alternativa a los proyectos de apertura de mercados y el famoso consenso de Washington adoptado por otras naciones latinoamericanas. Y no hay duda que bajo su importante liderazgo ins- tituciones de integración económica como el ALBA ( Ecuador, Bolivia, Nicaragua, Cuba y Nicaragua), Petrosur, Petrocaribe, Unasur, y recientemente la Celac, dan nacimiento.
En materia de política exterior es importante su lucha en contra de las naciones Occidentales ricas y poderosas y su lucha por la dignidad de las naciones subdesarrolladas y pobres del mundo. Fue el único mandatario en visitar el Iraq de Hussein antes de la invasión de este país en el 2003 y el apoyo a Irán en su programa nuclear con fines pacíficos.
Político tremendamente carismático, dicharachero, no tenía el clásico perfil del gobernante criollo latinoamericano, de piel blanca. Más bien su piel morena, “acholada”, lo hacía identificarse en su discurso y físico con las clases populares de su país y Latinoamérica.
En cuánto a logros en su país deja como legado el haber bajado la pobreza en un 20%, de acuerdo a cifras de la CEPAL, cuando subió al poder la pobreza estaba en 49,4% y en 2010 estaba en 27,8%. En una América Latina tan desigual, este medido por el coeficiente de Gini lo bajó de 0,46 a 0,39 de 1999 al 2011, el desempleo del 15% en 1999 a 5.9% en 2011. Y por último el PIB el año de 2012 alcanzó una tasa de crecimiento de 5.5% después de ser de -6% en el año 1999.
Para lograr esto lo hizo con un programa de fuerte intervención estatal en la economía y con programas de ayuda social. Eso si el comandante deja un país políticamente polarizado, con una alta inflación, inseguridad criminal alta y con un sistema de político de pesos y contrapesos deteriorado.
¡Hasta la vida Siempre¡