lunes, 14 de septiembre de 2009

Juanas y Juanes de Arco en el Siglo XXI



No estamos en la Francia de 1429 donde la valerosa y mártir de 19 años Juana es juzgada por un tribunal eclesiástico inglés y posteriormente quemada en la hoguera por enfrentarse a sus tropas y defender la ocupación de su país en Orleáns.

Estamos en la pequeña Costa Rica en la democracia más antigua de Latinoamérica donde 14 diputados del parlamento de 57 proponen derogar los artículos 57 y 194 y pasar a un estado laico donde la religión católica no sea la oficial, eliminar la confesionalidad y que esta no sea la única que reciba fondos del presupuesto nacional.

Los 14 pertenecen a diferentes partidos políticos entre ellas una que pertenece al partido Unidad Social Cristiana y el domingo 6 de septiembre el cura párroco de Cartago Jose Francisco Ulloa exhortó a no votar por los partidos que promovieran este tipo de iniciativas en las próximas elecciones presidenciales y legislativas a realizarse en febrero del año venidero. Es más, su periódico oficial el Eco Católico en su última portada aparecen los 14 pareciéndose más a la mártir del siglo XV en vísperas de su condena a la quema que los miembros de un parlalmento discutiendo una propuesta muy válida en un pequeño país tropical.

Costa Rica junto con Haití y Panamá son los únicos países en América Latina que mantienen a Dios en la Constitución política y el primero se declaro católico prácticamente con su primera Constitución, el pacto de Concordia después de la independencia de España en 1821.

Sin embargo todo costarricense tiene que jurar ante un Dios católico en la Constitución sin importar su credo religioso al ser esta la religión oficial del estado. El pasar a un estado laico no equivale a pasar a un estado ateo o no creyente simplemente jurar ante el Dios de su relgión o convicciones.

Creo que los mismos estados comunistas de Europa del Este y Cuba pasaron de ser oficialmente ateos a ser estados laicos. No hay duda que nuestro país debe abrir más su democracia y pasar a un estado democrático donde cada cual debe jurar de acuerdo a sus creencias y que el Estado puede contribuir económicamente también con las demás iglesias.

Federico Vargas Leiva
MBA

5 comentarios:

Roy Jiménez Oreamuno dijo...

Yo como creyente y no católico, me parece que lo único malo de un estado confesional es la ayuda económica que puede recibir alguna iglesia por parte del estado costarricense, discriminado a las demás iglesias.

No creo que haya un Dios católico, Dios es Dios y solo eso. Creo que hay cosas más importantes que legislar sobre se tópico. Ayer sorprendido veía a un anuncio del ex presidente Rafael Ángel Calderón Fournier, donde defendía el estado confesional, para atrae a simpatizantes, este señor esta en un juicio en la actualidad por corrupción.

Todos han sacado partido de esta coyuntura, unos padres de la iglesia católica, llamando a no votar por los que piden une estado laico, otros haciendo campaña a favor del estado confesional, y otras buscando la quema de brujas como en la misma inquisición.

La circularidad de la historia se cumple hasta en mi pequeño país, donde ven demonios por todos lados, creo que no fue en momento propicio para debatir este cambio constitucional y ya los representantes futuros, candidatos a diputados de un partido mayoritario, sacaron un comunicado diciendo que no apoyaran un estado laico en una futura legislatura.

Todos llevan aguas a sus molinos, mientras Dios sigue en el corazón de todas y todos los costarricenses.
Saludos

Roy Jiménez Oreamuno dijo...

Los diputados de Costa Rica tienen en sus manos un proyecto de reforma constitucional que podría dejar a la Iglesia católica sin su último Estado confesional en América Latina. El plan para convertir este pequeño país centroamericano en un Estado laico ha encendido un intenso debate político, que llevó incluso a un prominente obispo a pedir a los feligreses no votar en febrero próximo por "los candidatos presidenciales que niegan a Dios y defienden principios que van contra la vida, contra el matrimonio y contra la familia".

El texto, redactado por un grupo civil llamado Movimiento por un Estado laico, entró hace dos semanas en plena corriente legislativa y, aunque ninguna reforma constitucional en Costa Rica puede tardar menos de un año en aprobarse, se ha convertido ya en un tema candente dentro de la campaña electoral. La modificación del artículo 75 de la Constitución, que cumple seis décadas este año, recoge el respaldo de los congresistas de casi todos los partidos políticos representados en el Congreso y del presidente, Óscar Arias, cuya postura ha terminado por preocupar a las autoridades católicas costarricenses.

Varios púlpitos han servido ya para intensificar la lucha eclesiástica en el ámbito político, siguiendo los pasos del obispo de Cartago (centro del país), sede de la Basílica de Nuestra Señora de los Ángeles, patrona de Costa Rica. El prelado Francisco Ulloa advirtió que, "cuando un Estado se vuelve ateo, es capaz de cometer las peores injusticias y las más bajas aberraciones. De esto es testigo la historia". A su lado estaba el representante del Vaticano, Pierre Nguyén Van Tot, y enfrente, centenares de fieles de la ciudad más católica de un país donde tres de cada cuatro habitantes es católico, pero menos de la mitad reconoce ser practicante.

"Un grupo de diputadas y diputados de nuestro honorable Congreso nacional pretende borrar el nombre de Dios de nuestra Constitución política y posiblemente eliminarlo de toda institución pública. Así como lo oyen. Ellos creen que con este acto de profanación van a matar a Dios. Están totalmente equivocados", advirtió el obispo Ulloa, la segunda cara más reconocida de la Conferencia Episcopal, que prepara aún un comunicado con la idea de adormecer la discusión y dejar el tema como una anécdota o una simple calentura electoral.

Las discusiones por Internet, las homilías y las cartas en los periódicos, sin embargo, parecen indicar que el proyecto ha tomado el camino que ya recorrió el resto de América Latina, donde ninguno de los países mantiene una religión oficial. Los casos que más se acercan son Panamá, cuya Constitución reconoce la mayoría católica, y Argentina, cuyo "Gobierno federal sostiene el culto católico apostólico romano", dice su Constitución en el artículo 2. El resto de países latinoamericanos se limitan a proteger la libertad de culto y, en algunos casos, a brindar beneficios legales a las instituciones católicas.El Gobierno de Costa Rica destina una pequeña parte de su presupuesto para reparaciones de templos católicos, pero ofrece a la Iglesia otras prerrogativas, como la inclusión de la asignatura de religión en las escuelas y colegios estatales, dedicada exclusivamente a la promoción de la doctrina católica. Su influencia, sin embargo, cala más hondo. Importantes intelectuales miembros del Opus Dei integran en parte el equipo jurídico del Estado para defenderse en denuncias como la interpuesta ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) por prohibir la fertilización in vitro.

La Iglesia católica se ha enfrentado en los últimos años a recientes investigaciones judiciales por manejos financieros irregulares, pero también constantes intentos, aún infructuosos, de diversos sectores por legalizar prácticas como los matrimonios homosexuales, el aborto o la fertilización in vitro.
ElPaís.com

Policy Institute dijo...

Roy:

Interesantísimos aportes los dos tuyos que enriquecen la discusión. Creo que el tema es importante discutirlo, no se si la misma iglesia católica por sus propios intereses no deja discutirla o amedranta a los mismos legisladores o partidos políticos. Ha si ha pasado con otros temas como las de las famosas guías sexuales que la iglesia no es abierta en el tema y la sexualidad se sigue practicando en los jóvenes a edades tempranas y los embarazos no deseados continúan. Es más yo vi una página muy grosera del obispo de Tilarán Girardi en contra de Pilar Cisneros por discutir el tema en su programa simplemente. Desgraciadamente los políticos quieren llevar aguas a sus molinos y más los que están en mala situación con el electorado. Toman posiciones ambivalentes como la fracción del PLN o Calderón como ha sido con los derechos de los grupos homosexuales y lesbianas. Creo que tenemos que ir a más democracia a la libertad de culto.

Catalina Zentner Levin dijo...

Aunque no soy costarricense,me expreso por un estado laico, considero que es una forma de evitar la hipocresía, como sucedió en Argentina cuando fue electo Carlos Menem que se convirtió al catolicismo para ejercer la presidencia y sin embargo, jamás se apartó de su credo musulmán.

Hago también la salvedad Policy Institute, en relación al comentario que dejaste en mi Blog De todo un poco, el cual agradezco, que la presidente del país en los 70, fue la segunda esposa de Perón, Isabel Martínez de Perón, y no Evita como mencionaste.

Gracias nuevamente, por acercarte a mi Blog.

Policy Institute dijo...

Catalina:

Yo me acuerdo del caso de Menem su familia es originaria de Siria sino me equivoco. Si Costa Rica es mucha un país de doble moral y este tema cae en eso así como otros temas tabúes la homosexualidad, el derecho a crear niños entre este tipo de parejas y otros. Recientemente aquí fue condenado un cura inmiscuido en un complot para matar un periodista independiente y ha habido casos de corrupción de abuso a menores y de dineros mal habidos donde ha estado inmiscuida esta iglesia. Y los partidos políticos decidieron callar ante el temor de perder partidarios ante la cercania de las elecciones y el tema fue archivado.